JAPÓN
Esta semana las noticias van dedicadas a lo ocurrido en Japón.
Terremoto, tsunami y un desastre nuclear se ha llevado por delante a miles de personas y de ilusiones.
Sólo puedo decir que una imagen vale más que mil palabras.
La cárcel, último refugio de los ancianos japoneses.
Roban para ir a la cárcel y huir de una sociedad individualista que los ignora. La pequeña delincuencia protagonizada por la tercera edad es un fenómeno en alza en Japón.
Ésta curiosa y desagradable noticia no se explica sólo con el envejecimiento de la población, sino por el hecho de que las nuevas generaciones niponas se han vuelto individualistas y más duras rompiéndose la tradición ancestral nipona de reunir bajo un mismo techo a tres generaciones de una misma familia. Debido al abandono que éstas generaciones sufren prefieren refugiarse en las cárceles dónde les tratan mejor que en sus hogares.
YO DE MAYOR QUIERO SER COMO…
“Si a los 60 sigues siendo un idealista, te falta un tornillo”. ¿Seguro? Con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores te contamos a quién nos gustaría parecernos dentro de unos años. Activistas y luchadores de más de 60 años que no están locos: ¡saben lo que quieren!
Si quieres saber como nos han ayudado estas personas tan luchadoras a todos, aquí lo puedes ver:
http://www.canalsolidario.org/noticia/yo-de-mayor-quiero-ser-como/24687
Y tú? que quieres ser de mayor?
El mito de la eterna juventud, una trampa sin salida
Cuando alguien, refiriéndose a una persona mayor, dice: «qué bien, qué joven está», implícitamente está afirmando que lo bueno, en realidad, es ser joven. Lo demás son apaños. Está manifestando que lo que se aprecia socialmente es la juventud, y que ser viejo no es un valor, sino casi un defecto. Otra frase reveladora: «En mis tiempos¿», da a entender que su oportunidad, su sitio, ya han pasado: que no hay un hueco relevante para los ancianos. Poco a poco, se va asentando la presunción, cuando no la convicción, de no pertenecer a esta época. Así, la persona mayor se siente excluida y cada día confirma que va perdiendo relevancia social.
Pero ser viejo tiene sus cosas positivas. Sin ir más lejos, sentirse protagonista de su propia evolución como persona y, más que nunca, un importante miembro de la comunidad a la que pertenece. La sociedad, no lo neguemos (¿cuántas películas de TV o cine, anuncios, o pases de modelos tienen por protagonistas principales a personas mayores?) discrimina a los viejos, pero éstos también tienen alguna responsabilidad en tanto que, a veces inconscientemente, participan activamente («eso es cosa de jóvenes, que decidan ellos») en este proceso de segregación y desconsideración de los mayores.
Los Reyes Magos son los ancianos más jóvenes y omnipresentes
Los Reyes Magos son los viejecitos con el espíritu más joven. Después de algo más de dos mil años, mantienen su buen carácter con los niños y niñas que lloran en su regazo, les tiran de las barbas y les piden y piden regalos con un tímido «gracias».
De profesión: abuelos
Los abuelos son ahora el gran apoyo de las familias, especialmente las más jóvenes. En muchos casos ellos se ocupan de sus nietos durante la jornada laboral, los llevan al colegio, juegan con ellos, les dan de comer y atienden sus necesidades y caprichos.
Este video fue sacado del programa «Sin ir más lejos» de la cadena local Aragóntv. En él podemos ver con sinceridad para qué están los abuelos en la actualidad (es un poquito largo pero merece la pena).
Reflexiones para aprender a envejecer
Cuando llegas a los 65 años dejas atrás muchas etapas que han determinado quién eres y quiénes te acompañan en el camino, y empiezas otra que cambia todo lo conocido; una nueva etapa en la que dejas de ver las cosas como las veías antes, tu forma de pensar cambia y ya no disfrutas con las mismas cosas que antes.
En esta entrada os dejo unas reflexiones que te enseñan a vivir esa etapa tan especial que define quién eres en realidad, pues ya has acabado de formarte.
Lo qué pasará cuando la vejez se asome:
Posiblemente llegará el momento en que me entenderán menos y entenderé menos a los demás. Con el tiempo se irán acentuando más las diferencias de edades.
Los adelantos científicos y tecnológicos conllevan grandes transformaciones. Mis opiniones y juicios perderán peso. La credibilidad disminuirá y contaré menos para muchas personas.
Por fuerza de las circunstancias y por la vertiginosa carrera de la vida, cada año me iré quedando desactualizado.
Con el paso de los meses sufriré limitaciones físicas y funcionales. Disminuirá mi resistencia a las enfermedades; tendré lentitud e inseguridad para actuar y tomar decisiones y todo eso lo notarán los demás.
También llegará la disminución de mi capacidad mental e intelectual. Seré más lento para leer y entender, para asimilar y para aprender.Disminuirá mi memoria y confundiré los acontecimientos, los tiempos y las personas.
Lo que tendré de evitar:
Tendré que poner todos los medios para no volverme caprichoso, exigente, intolerante y poco comprensivo. Evitaré ser impaciente y mal genio.
Igualmente evitaré ser quejumbroso, ‘cantaletoso’, irónico, gruñón y también me cuidaré de no repetir el mismo cuento todos los días.
Tambien intentaré no sentirme inútil, incapaz, estorboso ni acabado. Más bien procuraré ser todo lo contrario.
No descuidaré mi comportamiento, mis modales, ni mi presentación personal.
Haré lo posible por no ser absorbente, acaparador, absolutista, dogmático o dueño único de la verdad. Por el contrario, seré más comunicativo y escucharé más.
Lo que tendré que hacer:
Con prudencia y paciencia, mediante mi ejemplo y mi palabra, me dedicaré más a enseñar las buenas costumbres, la práctica de las virtudes humanas, los buenos modales, la conducta intachable y todos los conocimientos necesarios para que sean mejores y más útiles a la sociedad.
Delegaré cada vez más en mis hijos y les transmitiré mis conocimientos y experiencias para que vayan asumiendo las responsabilidades en todo lo referente a nuestra familia.
En el momento oportuno –y mejor hacerlo pronto-, debo dar a mis hijos las indicaciones sobre el manejo de nuestros bienes y sobre su distribución y reparto. Haré la relación de los bienes y las deudas y las actualizaré cada 6 meses. Si es necesario, elaboraré un testamento.
Buscaré nuevas formas de ser útil a los demás porque sé que aún esperan mucho de mí y mi obligación es entregar hasta el fin lo mucho que he recibido para ponerlo al servicio de todos.
Es apenas natural ir disminuyendo en todo: en funcionalidad, en capacidad y en posibilidades físicas y mentales y por eso es lógico que continúe opacándome y que otros me reemplacen y tomen las riendas. Conviene pues que otros se luzcan y que uno desaparezca”.
Esta información ha sido sacada de: http://www.vejezyvida.com/reflexiones-para-aprender-a-envejecer/
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Proverbio irlandés
Dios, cuando hizo el tiempo, lo hizo de sobra.
Este proverbio quiere decir que hay tiempo de sobra para hacer todo lo que queramos. Por eso nuestra edad puede alargarse mucho, porque nos quedan montones de cosas por hacer.
Deberíamos aprovechar el tiempo, ¿no creéis? 😉